¿Imagináis cómo seríamos si el ser humano en lugar de descender del mono hubiera descendido de la gallina?
A continuación, transcribo el texto de Eva Prieto Jiménez.
Si los humanos descendiéramos de las gallinas, no quiero ni imaginar cómo seríamos. Imaginaos a un humano y a una gallina en el mismo ser vivo. Seríamos pequeños o grandes, nunca se sabe, pero tendríamos cresta, pondríamos huevos y estaríamos llenos de plumas. ¡Qué angustia!, no nos podríamos peinar, nuestra caca sería muy líquida y no mearíamos. ¿Y qué pasaría si no pudiéramos mear durante todo un año? En esta vida es imposible, pero, quién sabe, quizá siendo gallinas nos podríamos pasar décadas sin mear. O por ejemplo, ¿qué sucedería cada mañana cuando nos levantáramos y viéramos que no nos podemos peinar y que estamos repletos de unas plumas que molestan y que se nos caen por toda nuestra casa? ¿O tal vez nuestra casa sería un gallinero? ¿Os imagináis estar viviendo en un gallinero? Pues, no sería tanto, porque al parecernos a las gallinas no nos molestaría.
Todo esto pensando en que fuéramos gallinas, pero si en verdad descendiéramos de ellas, ¿habríamos desarrollado algunas de nuestras partes o seguiríamos siendo gallinas? Pensando que nosotros descendemos de los monos y que hemos evolucionado, suponemos que habríamos desarrollado la inteligencia para evolucionar. En lugar de andar y poder volar un poquito, quizás habríamos aprendido a volar y nos podríamos pasear por el pueblo volando, aunque eso sí, ¿quién barrería las calles de todas nuestras cacas? Supongo que habría, como en nuestra vida, que buscarnos la manera de poder convivir todos juntos. Existirían barrenderos, médicos, taxistas… ¿Os imagináis a una gallina científica haciendo un medicamento? ¿O mejor aún, a un “Einstein” pero con cuerpo de gallina? Pues así seríamos, como ahora pero con cuerpo de gallina, viviríamos cada uno en nuestra casa y tendríamos que trabajar como ahora.
Pero y nosotros, los más jóvenes, ¿qué sería de nosotros? Tendríamos que ir al colegio igual que ahora y hacer los deberes. ¿Y de los profesores? ¿Serían gallinas como nosotros?
Ahora nos reímos, pero entonces nosotros seríamos igual que ellos y nos darían las clases igual que ahora y tendríamos que estudiar igual, sociales, naturales, música, castellano…
¿Y qué hay de las actividades extraescolares? ¿Jugaríamos al fútbol? Seguramente sí, pero ¿cómo? Más vale no pensar en ello, ya se habría descubierto la manera de jugar al fútbol.
Y cambiando de tema... la comida, ¿qué haríamos con la comida, siempre comiendo lo mismo? ¡Pienso! ¡Ah, qué asco!, pero seguro que nos gustaría como a todos nos gusta ahora el agua. Y hablando del agua, ahora bebemos agua en un vaso pero, ¿podríamos beber agua en el vaso con ese pico que supuestamente tendríamos? Pues seguramente, sí.
Y nuestras mascotas, ¿qué sería de ellas? Si tuviéramos un perro, ¡sería de un tamaño más grande que el nuestro! ¿Cómo podríamos tener un perro si es mayor que nosotros? Pues sí, lo tendríamos igual que lo tenemos ahora. O tal vez no sería un perro, sino un hámster o una rata, pero animales de compañía, seguramente, tendríamos.
Y con la ducha, ¿nos ducharíamos? No lo sé, quizá sí o quizá no.
No escribo más porque podría sacar un libro de una simple pregunta, que hay que ver la de cosas que se pueden escribir sobre este tema tan intrascendente.
Esto es lo que supongo yo de cómo seríamos, y a mi gusto, doy gracias a Dios de que nos ha hecho descender del “mono” porque no me gustaría descender de la gallina.
Bueno, así que más vale no pensar en que fuéramos descendientes de la gallina, porque si no, ya podéis ir imaginando cómo seríamos.
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